He vuelto, luego de unas vacaciones no anunciadas. Y no, no me refiero a que me fui de vacaciones, no me fui a ningún lado, me quedé acá intentando resolver un par de problemones; los que lo saben lo saben y los que no no quiero aburrirlos con mis vivencias, sólo les digo “trust no one, not even your friends”. Anyway, quiero desearles un felisa me muero con un mes de atraso, y qué mejor manera de volver al ruedo que contar un poco qué ví en lo que va de este nuevo año:
Babel: La peor película del milenio. Bah, no, esa era Crash, pero esta es bastante similar en forma y contenido y no se queda demasiado atrás del bodrio de Haggis en cuanto a calidad tampoco. Amores perros no me había parecido gran cosa; sólo me resultaba interesante la primera historia. 21 gramos me rompió soberanamente las pelotas, con su gravedad, su fatalismo y su estructura arbitraria que intentaba (y no lograba) hacer interesante una película indigerible. Pero Babel es el summum absoluto de la hijaputez del tándem Iñárritu-Arriaga. El azar se convierte aquí en estupidez; los personajes hacen las peores calamidades de tarados mentales que son, nomás; la película trata tan repugnantemente mal a sus personajes que hace que Todd Solondz parezca un humanista. La hilvanación de las historias es tan arbitraria que da risa (la fotito del padre de la chica japonesa con el marroquí, por ejemplo). El nivel de tortura que padecen los personajes de esta abominable película es todo un desafío a la paciencia, y el nivel de manipulación hacia el público haría sonrojar hasta a Juan José Campanella. Encima la película es ideológicamente nefasta en su retrato de “incivilizaciones tercermundistas”; todo lo que no es EEUU o Japón está filmado a puro patetismo, como para que se note lo salvaje que es esta gente, algo que me hizo acordar a la manera en que Soderbergh filmaba a México en su deplorable Traffic. Y por último, la implausibilidad de las historias hace a uno preguntarse cómo le dan tanta bola a esta película “de guión” con un guión pésimo. ¿Una mexicana indocumentada que vive en EEUU desde hace 16 años va a pasar a dos niños americanos por la frontera sin autorización y sin pensar lo que puede pasar? Déjenme de joder. No puedo creer que el público aplauda a una película que los trate a ellos mismos de estúpidos.
Niños del hombre: Otra película de mexicano en EEUU (y en Inglaterra, la película transcurre ahí y es coproducción). Pero claro, Cuarón es otra cosa. Cuarón hace cine, no hace “mensaje”. Contiene ideas sobre el mundo al igual que Babel, pero estas ideas no son nefastas como en la película de Iñárritu y están implícitas, no están subrayadas con marcador fluo como en Babel. Y todas las cosas trágicas que suceden lo hacen en segundo plano, no en plano detalle como en Babel. Mediante una suceción de planos secuencia que ya deberían quedar en la Historia (un parto, tiroteos varios, una escena en un auto que es una lección de cine), Cuarón y el capo de Emanuel Lubezki nos llevan en un tour de force por un futuro demasiado cercano de manera seca y para nada condescendiente. Nada de gadgets futuristas hi-tech, sólo un futuro harto similar a nuestro presente, y por eso mismo aterrador. Mi película favorita de 2006 la vi a comienzos de 2007, post-listas. Una lástima.
El descanso: Fui con cero expectativas a ver la nueva película de Nancy Meyers, una directora que no me gusta nada (el sólo recordar Alguien tiene que ceder y Lo que ellas quieren me da un poquito de náuseas). Pero me encontré con una buena película. Meyers no recarga las tintas y narra bastante bien (aunque durante demasiado tiempo; la película dura 140 minutos y se nota), por lo menos una de las dos historias de amor que aparecen en la película; la de Kate Winslet y Jack Black. Ellos están encantadores y tienen mucha química, y el personaje de Winslet tiene una subtrama de una amistad con un viejito (interpretado por el grosso de Eli Wallach) que tenía todas las posibilidades del mundo de ser una cosa nostalgiosa horrible y lacrimógena a lo Elsa & Fred. Pero Meyers elude todos los lugares comunes y no apela a la emoción fácil, y es por eso que esta subtrama que en teoría da miedo, en práctica resulta entrañable. La historia entre Cameron Diaz y Jude Law tiene algunos atisbos de brillantez pero no llega tan alto como la otra. Al comienzo Cameron parece Diane Keaton en Alguien tiene que ceder, o sea, una histérica insoportable. Después mejora un poco, por suerte. Jude Law hace de galancete y le sale bien, aunque a Meyers se le ocurre utilizar como “alivio moral” para el público y para el personaje de Cameron el hecho de que Jude sea viudo en lugar de divorciado. Pero en esta historia también hay muy buenos elementos, como el hecho de que Cameron se imagine varias situaciones como si fueran un trailer (su oficio es hacer trailers). Una sorpresa bastante agradable, la verdad. Encima es completamente cursi pero se hace cargo.
Tenacious D: Delirios de fama: El comienzo del año, sin duda, una intro animada perfecta y un musical opera-rockístico con un niño igual a Jack Black que hace de Jack Black de niño y apariciones de Meat Loaf y Ronnie James Dio. Luego de eso, la película es la definición misma de la palabra “irregular”. Escenas excelentes (el cameo de Ben Stiller, las apariciones de Tim Robbins, el “gig drill”, el cuelgue de Jack Black luego de ingerir hongos) mezcladas con otras francamente malas y carentes de gracia. Kyle Gass en cine desentona bastante, era mucho más simpático en los episodios para HBO. Tenacious D empezó como programa de TV y luego editaron un excelente disco homónimo. Se consigue afuera un DVD llamado The Complete Masterworks que contiene un recital en vivo, los episodios de HBO, algunos inéditos y varios videos de la banda. El DVD es una obra maestra. El primer disco también. El segundo, que es la banda de sonido de esta película también es muy bueno. Definitivamente se merecían una película mejor.
Una noche en el museo: Otra a la que fui con pocas expectativas (el director Shawn Levy hizo Más barato por docena y creo que con eso queda todo dicho) y me sorprendió bastante. Es de esas películas que si bien parte del target es el público infantil, no tratan a los niños de estúpidos. Además es una buena comedia con gags muy graciosos, y Owen Wilson y Steve Coogan están perfectos. Ricky Gervais también está muy bien. Y Ben Stiller, obvio. Y Carla Gugino. Y Dick Van Dyke. Lástima Robin Williams, pero acá no molesta demasiado.
La conquista del honor: O Eastwood vs. Haggis. Sí, la película se debate todo el tiempo entre la maestría de Clint y el subrayado de Haggis. Por suerte triunfa el cine, o sea Clint, y la película, a pesar de algunos momentos francamente feos que vienen directamente del guión, resulta muy emocionante. Otra película en la que Clint reniega de la etiqueta de facho que le pusieron alguna vez y que todavía acarrea, a pesar de haberse pasado por lo menos los últimos 15 años refutándolo. No me queda ninguna duda de que Cartas de Iwo Jima va a ser muchísimo mejor.
María Antonieta: Recién se estrenó y ya genera polémicas. Y ¿qué quieren que les diga? A mí me encantó. No pasa nada en la película e igual se las arregla para ser hermosa; en eso es como Miami Vice. Kirsten está bellísima y encantadora paseándose por los pasillos de Versalles, vistiéndose con atuendos increíbles, comiendo comida rica y aburriéndose como loca hasta que la flashea con la naturaleza. Jason Schwartzman está muy gracioso como el despistado rey. Y encima están Asia Argento, Molly Shannon, Steve Coogan y Marianne Fauthfull. Y hay música linda y cero pretensión. ¿Qué más se le puede pedir a Sofia?
Deja Vu: Lo mejor en lo que va de 2007. Siempre cayó muy bien Tony Scott, sus películas me gustan de bastante a muchísimo (salvo un par) y me jode bastante que la cinefilia lo vapulee tanto. Obviamente nunca fue verdad eso de que era “el hermano malo” de Ridley y siempre fue al revés, y me encanta la tendencia de Tony a hacer Cine de Entretenimiento, así, en mayúsculas, sin importarle el qué dirán, sin un gramo de la autoimportancia culposa de su hermano. Y Deja Vu es una de sus mejores películas: divertida, completamente clásica a pesar del estilo de Tony (como siempre en Tony; él es un clásico disfrazado de moderno), hitchcockeana e irresistible. Y me encanta cómo aprendió de Hitchcock y, mediante un diálogo por parte de Denzel, dice que el McGuffin no importa en lo más mínimo, lo cual retoma en un final hermoso, sin explicaciones estúpidas ni vueltas de tuerca inútiles.
Wolf Creek: ¡Por fin una película de terror que veo en cine y me asusta! Esta película australiana elude todos los lugares comunes de los bodrios de los últimos años: está narrada de forma pausada, se toma su tiempo, no se regodea gratuitamente en la violencia, hace un muy buen uso del punto de vista, filma lo justo y necesario y no se va para cualquier lado con el guión. Encima está el WYWQ Nathan Phillips, el protagonista de Snakes on a Plane.
El grito 2: A pesar de un comienzo simpático y de la presencia de Jennifer Beals, este es otro curro pseudo-japonés con un par de climas logrados pero totalmente repetitiva, del que me dan muy pocas ganas de hablar porque me aburre.
Sí, me falta ver El laberinto del fauno.
En casa me puse un poco al día con cosas que no había visto en 2006. Sólo voy a decir que Haneke me recagó con Caché, porque al tipo no me lo banco y tengo que admitir que hizo una película excelente, hitchcockeanamente aterradora, con un suicidio inolvidable y un plano final perfecto. Ah, y que Poseidón es un regreso al mejor Wolgang Petersen, que dura poco y va directo a la aventura, que está llena de buenos personajes, que elude con maestría un supuestamente obligatorio y lacrimógeno epílogo y donde Fergie se muere. Encima están Kurt Russell y papi Josh Lucas. Por último, Hard Candy es una película espantosa, realmente abominable.
Wednesday, January 31, 2007
The Return of... Me
Posted by happygilmore at 06:11
Subscribe to:
Comment Feed (RSS)
|