Monday, October 30, 2006

Revelaciones

Luego de una larga ausencia, debida a un increible amount de trabajo en los últimos días (cerrar un número con varios de los redactores fuera del país suele ser catastrófico), llevo a cabo, en esta humilde ceremonia, mi triunfal regreso. Quiero mantenerlos al tanto de un par de cosas que vi o me pasaron durante mis días de ausencia:

1) Momento desopilante el lunes pasado: Estoy haciendo una pequeña caminata por la calle Florida, entrando a varios negocios. El calor, todavía no tan insoportable pero sí importante, hace que tenga mi saquito en el brazo. Entro primero a Dromo, veo cd's y dvd's y salgo. Luego entro a Musimundo (el que está al lado de C&A), y lo mismo. Como tengo mochila (llena, por eso no entraba el saquito), en ambos lugares tengo que dejarla en los lockers, y de paso dejo el famoso saquito. Salgo de Musimundo y empiezo a caminar hacia Retiro. Cuando estoy por llegar a Plaza San Martín escucho varios gritos y cánticos. Casi que se me viene encima una manada de góticos con pancartas cantando cosas que no entiendo. Me parece muy extraño, pero no le doy demasiada importancia y camino unos metros más. En ese momento me doy cuenta de que tengo la mochila encima, pero no el maldito saquito. Digo "algún locker", y doy la vuelta, dispuesto a pasar por Musimundo y por Dromo. Camino por Florida y ahí está la manada de góticos marchando. Unos carteles dicen The Black Parade, y yo sigo preguntándome a qué viene todo esto. Camino a la par de ellos hasta que me doy cuenta de que todos están parando en el mismo Musimundo donde es posible que estuviera mi saco. Los góticos copan la entrada, así que, como para que todo se calmara un poco, voy hasta Dromo, pero el saco no está. Es obvio, el saco está en Musimundo y hay unos doscientos goths impidiéndome el paso. Espero un rato hasta que logro entrar. Bajo las escaleras mecánicas, le pregunto al guardia y, efectivamente, ahí está el saco; y efectivamente, me lo había olvidado en un locker (esto de olvidarme abrigos en lugares me habrá pasado unas cien veces en los últimos ocho años). Cuando salgo todavía están los góticos, y al verlos de frente, también veo pancartas de My Chemical Romance. Y ahí entiendo todo. Ese día se editaba en EE.UU., The Black Parade, el nuevo disco de My Chemical Romance. Pero lo que los góticos no saben es que si bien ese día se editaba en EE.UU., a Musimundo todavía no había llegado. Me gusta el disco anterior de esa banda, especialmente la canción Helena, cuyo estribillo es re boy band y cuyo video es excelente. The Black Parade me lo bajé hace un par de días. Dicen que está bueno. Mientras tanto, ese día me sentí dentro de un cuento de Rejtman.

2) El jueves, en un break luego de una noche entera escribiendo, fui a ver Thank You For Smoking, la opera prima de Jason Reitman, hijo del gran Ivan (para quienes no saben, el de Ghostbusters, Gemelos y Junior). La película es divertida, se pasa super bien, tiene buenos diálogos, todos los actores son simpáticos y Aaron Eckhart es un yeguo. Pero tiene un problema que a simple vista puede resultar leve, pero si uno lo piensa bien, es casi crucial. La película se mofa de la pacatería antitabaco hollywoodense (incluso un personaje quiere eliminar digitalmente los cigarrillos de películas clásicas y reemplazarlos por chupetines y ese tipo de cosas). Pero en ningún momento se fuma en cámara. Ni siquiera el personaje de Eckhart, quien se supone que fuma mucho. Solo se ven paquetes de cigarrillos, sugiriendo que se estuvo fumando. Pero nadie fuma en la película. Rarísimo.

3) El episodio de ayer de Hermanos & Detectives fue absolutamente hermoso. Triste, muy triste, pero hermoso. Y fue la primera vez que pensé "se nos termina". Sí, le quedan solo dos episodios a esta maravillosa serie. Y eso también me pone triste. Eso sí, la escena en que Mansilla les enseña a los Montero y a Marcelita a bailar El Meneaito es uno de los momentos más desopilantes que vi en pantalla en mucho tiempo.

4) Algunos de ustedes sabrán que hace ya cinco años que estoy escribiendo el guión de un largometraje. Es el primer guión de largo que escribo, y eso conlleva una insatisfacción permanente que justifica los cinco años de escrituras y reescrituras. Y anoche llevé a cabo una tarea muy difícil. Escribí la secuencia más importante de la película, que siempre escribí y reescribí en prosa pero nunca me había animado a escribir en formato guión. Y mientras la escribía pasó algo mágico, algo hermoso, algo que nunca antes me había pasado. Mientras escribía esa secuencia todo me quedó completamente claro. Lo que quiero decir con esta película, el rumbo que quiero que tome. Y fue la primera vez que consideré a esos personajes como míos, como una creación mía, como que es mi deber y mi responsabilidad cuidarlos como si fueran mis hijos. Es más, llegué a emocionarme hasta las lágrimas con las cosas que les estaban pasando a los personajes en este momento. No es nada muy trágico, pero sí es algo muy fuerte para ellos, y por primera vez también lo fue para mí. Las cosas que había escrito antes eran todos cortometrajes y la mayoría eran adaptaciones de textos preexistentes. Y al ser cortometrajes encima uno no tiene el tiempo suficiente como para encariñarse con sus propios personajes. Todo esto puede sonar como el colmo de la grasada y la cursilería, pero en mí fue algo muy grosso. Fue la primera vez que le vi algo de futuro a este proyecto, luego de cinco años llenos de indecisiones y de decir "esto no tiene ni pies ni cabeza y voy a terminhar abandonándolo". Es más, en estos días estaba pensando seriamente en abandonarlo. Pero mientras escribía pensaba que lo que quiero es terminarlo lo antes posible y mostrárselo al mundo. No sé si esto le pasa alguna vez a la gente que escribe ficciones de cualquier tipo, supongo que sí, pero para mí fue toda una revelación, y me movió muchas cosas.

5) Hold on tight, que vuelve uno de mis blogs más queridos que por alguna extraña razón abandoné. Sí, Little Songs volverá en breve.