Friday, March 24, 2006

Lo prometido... you know


Bueno, sí, hoy fui al cine con mi novio y después de deleitarnos, esta vez juntos, con aquella hermosura llamada Derecho de familia, se nos ocurrió colarnos a ver Crash. Así que, tarde pero seguro, acá va mi destrucción de este compendio de barrabasadas sin parangón alguno al que la repelente Academia decidió premiar:


Rara vez se ha visto una película tan tramposa, tan manipuladora, tan arbitraria, tan a todas luces inverosímil en su planteo supuestamente "realista", tan perversa y tan hija de puta como la ópera prima de Paul Haggis. Se vende como un film "en contra del racismo" pero estereotipa a sus personajes hasta tal punto que termina siendo una de las películas más furiosamente racistas desde El nacimiento de una nación, aunque claro, sin el don que tenía Griffith para narrar. El guión de Crash es un disparate, y su arbitraria fragmentación directamente causa gracia. El hecho de que este pastiche de planos mal pegados que parece montado por el Leatherface de La masacre de Texas haya recibido un Oscar a la mejor edición es uno de los chistes más graciosos de la historia de la A.M.P.A.S.
La obviedad completamente subrayada de cada uno de los diálogos, cada una de las escenas y cada una de las situaciones es simplemente inaceptable. La pelicula no da respiro a sus personajes, los manipula a ellos y al público hasta límites imposibles. El momento más claro de esta manipulación es en el amague de la muerte de la nena. Se escucha el disparo, se ve una mancha roja en la cabeza de la nena, nos hace creer por unos segundos que el disparo le pegó y después nos damos cuenta de que no, que en realidad la mancha roja es una hebilla que tiene en el pelo. Esa manera de mantener de rehén al espectador a cualquier precio (con las muertes de niños en el cine no se juega, che) es otro de los tantos actos de hijaputez de Haggis.
Realmente no entiendo cómo a nadie le llame la atención que una película haga quedar a un policía violador como un héroe. No estoy diciendo que se debería castigar al personaje, por supuesto que odio a los directores que se creen Dios, pero que se lo glorifique es más indefendible aún.
La escena del "negro" dejando a los "orientales que son todos iguales y no se distinguen" en el barrio chino es emblemática para demostrar el nivel de hipocresía de la película. La película termina tratando a esos pobres esclavos que encuentran en el camión como eso mismo, esclavos, una manada de cosos que no se distinguen y están todos sucios. Lo mismo hace con "el persa" que no le entiende al "latino" que "hay que cambiar la puerta antes de arreglar la cerradura", o al comienzo, donde el mismo personaje va a comprar un arma. O con "la mujer oriental" (pongo todo entre comillas porque la película se maneja en estos términos, los personajes están delineados de manera que sean "los negros", "los latinos", "los orientales" al punto de parecer uno de esos chistes que empiezan con "están un gallego, un argentino y un francés"; de vuelta, los hace quedar como una manada que se distingue sólo por su color de piel) que grita cuando le chocan el auto al comienzo o "la negra" que le grita a "los latinos" cuando la chocan en el final. Crash los hace quedar como estúpidos; en cada escena parece estar riéndose de todos ellos. Y también hay una escena en la cual una mujer W.A.S.P. (ahí las comillas no están porque tampoco están en el film, ya que se trata de Sandra Bullock y su marido es Brendan Fraser, los dos rostros más taquilleros de la película; Crash es siniestra desde el casting mismo) pasa por al lado de dos "negros", desconfía de ellos, ellos se dan cuenta, uno de ellos le comenta al otro que cuando un blanco pasa por al lado de un negro siempre piensa que lo van a asaltar y acto seguido sacan sus armas, asaltan a Sandra y a Brendan y se llevan la camioneta de ellos. Con todo esto queda más que claro que se trata de una película que dice combatir el racismo pero no está haciendo otra cosa que fomentarlo de manera más que flagrante.
Crash además desborda de inverosimilitud. Las coincidencias completamente arbitrarias que se suceden en la película hacen que parezca que transcurre en un pueblito chiquito de 600 habitantes. Pero no, el film transcurre en Los Angeles. Y además, Haggis, querido, la discrimiación en EE.UU. no es así de "in your face" como la pintás. La discriminación está en la corrección política del americano medio, en el "este año vamos a darle Oscars a negros así no protestan", en el "ningún personaje que pertenezca a una minoría en una película puede ser malo, todos tienen que ser un pan de dios, o sea que tienen que seguir siendo diferentes a nosotros los W.A.S.P.", en el "los latinos sólo pueden ser jardineros", pero nadie lo dice a viva voz, está mucho más implícita, lo cual la hace mucho peor.
Y una última cosa. Si la película supuestamente se propone como "una pintura de los habitantes de Los Angeles", ¿donde carajo están "los homosexuales"?

Próxima entrega: ¡¡¡Aguante Derecho de familia!!!