Thursday, September 14, 2006

The Classic

Hermanos & Detectives es una de las mejores cosas que le hayan pasado a la TV local desde... bueno, desde Los simuladores, digamos. Es una serie excelente, y demuestra lo clarísima que la tiene el señor Szifrón, como si con sus dos películas y su anterior programa de TV no hubiese sido suficiente. Quien haya visto algo de Szifrón sabrá que el tipo conoce a la perfección el cine de género, y lo adora. También adora a su público, sin faltarle el respeto en ningún momento. Y filma como nadie salvo Caetano filma en la TV local. La cantidad de ideas visuales que hubo en los dos primeros episodios de Hermanos & Detectives resulta incontable. La cantidad de citas cinéfilas también. En el brillante episodio de hoy, hubo al comienzo un plano secuencia filmado con grua que inevitablemente remitía al comienzo de Sed de mal. Más adelante se citó a la escena de las escaleras de Los intocables, que a la vez de por sí era una cita a la escena de la escalera de Odessa de El acorazado Potemkin de Eisenstein, lo cual convierte a la de Szifrón en una metacita. Y sobre el final tuvimos una de las “pesadillas dentro de pesadillas” que tanto le gustan a John Carpenter (ver En la boca del miedo y Príncipe de las tinieblas). Pero Szifrón no cita porque sí, ni para hacerse el canchero. Esas escenas resultan importantes y funcionales dentro de la trama. Pero lo más importante es que hasta ahora la serie es todo un homenaje al cine. El tono hitchcockeano de todo el asunto, el hermoso uso del back-projecting más berreta, que es puro cine clásico, la confianza en el estilo narrativo, de vuelta, clásico, hacen de Hermanos & Detectives un acto de amor hacia el cine más clásico y popular en el mejor sentido de la palabra. Szifrón amalgama a todos los clásicos y a algunos modernos –pero cuando homenajea a un moderno como De Palma, lo hace citando su película más clásica- para lograr así una máquina perfecta que desborda de cine. Porque no, esto no es televisión, o por lo menos no lo es en relación a la media de producción de la TV local, o tal vez mundial. Esto es, lisa y llanamente, cine en pantalla chica. Szifrón cuida todo tipo de detalles, al contrario de las ficciones televisivas locales, y se preocupa en entregar un producto impecable.

Este año Campanella hizo para la TV una barrabasada con ínfulas de “importante” (como todas las barrabasadas que hace) llamada Vientos de agua. Hasta ahora vi sólo los primeros dos episodios de esa miniserie, pero con haber visto eso me fue suficiente (posiblemente haya mejorado después con los episodios dirigidos por Bruno Stagnaro, pero creo que sería imposible remontar algo tan mal parido como esos primeros dos episodios del comienzo). Alternando el tiempo presente (con el peor uso de la cámara en mano jamás visto, y con una imagen “sucia”) y el pasado (filmado de manera más bien pulcrita, toda una declaración de principios para un reaccionario como Campanella), la miniserie contaba historias de inmigrantes, de Argentina a España en el presente y viceversa en el pasado. Con el repugnante Eduardo Blanco como protagonista, la miniserie era un compendio horrible de lugares comunes campanellianos, completamente sensiblera y demagógica, y que escondía una xenofobia feroz (lo que hace con los bolivianos en el primer episodio es absolutamente imperdonable). Y bueno, eso se hacía la trascendente y la importante y era bien de cuarta. Hermanos & Detectives, como el resto de la obra de Szifrón, si bien puede decir algo sobre el mundo, no lo dice a los cuatro vientos y de manera completamente subrayada como lo hace Campanella. Todo aquí es sutil, y está construido como un entretenimiento. Y no hay nada de malo con un gran entretenimiento. Szifrón maneja un timing cómico ajustadísimo, logra crear tensión cuando así debe ser, demuestra un amor infinito hacia sus personajes y hacia su público. Campanella declama, trata horriblemente mal a sus personajes e intenta ganarse a su público a toda costa, pero no le tiene ni cariño ni nada parecido. Encima en lugar del nabo de Blanco y el sobrevalorado de Alterio (Alterios, en realidad), en Hermanos & Detectives tenemos a los dos Rodrigos, Noya y De la Serna, que están brillantes en sus papeles.