Sunday, August 20, 2006

We'll always have Happy


El jueves volví a ver Click, en un vano intento de encontrarle cosas buenas a ese bodrio horrible perpetrado por alguien que solía ser uno de mis actores-comediantes-autores favoritos, Adam Sandler. Pero no hay nada que hacerle, Click, mucho más que su mediocre película anterior The Longest Yard, marca el fin de Adam como uno de los comediantes más gigantescos de la historia. Lo que antes era anarquía y diversión pura se convirtió en sermón sensiblero y "con mensaje" digno de Campanella, quien no casualmente estuvo a punto de dirigirla. Y hasta se perdió el sentido del humor, con chistes malos y bajos que no estarían demás en una película de Rodolfo Ledo, que además, al igual que en las creaciones del nefasto creador de Papá se volvió loco, son hasta crueles en su agresividad y su misoginia. Si antes el típico personaje Sandler era el tipo más bueno del mundo, ahora es un hijo de puta de aquellos.

Desde que vi Click por primera vez me preguntaba cómo, luego de este fiasco, me iban a caer las películas anteriores y buenas de Adam. Recién acabo de terminar de ver Happy Gilmore y, para mi sorpresa, no sólo me olvidé de la persona en quien Sandler se convertiría 10 años después, sino que además no recuerdo haberme reido tanto las veces anteriores que la ví como esta vez. Rever Happy Gilmore me hizo dar cuenta de que, por más que lo hayamos perdido (el cambio brusco de tono, forma, ideología y humor de Click con respecto a las anteriores indica que es difícil que haya vuelta atrás), siempre tendremos Happy Gilmore, Billy Madison, Little Nicky, The Wedding Singer, The Waterboy, Mr. Deeds (Click intenta parecerse al Capra de It's A Wonderful Life pero no entendiendo de qué va esa película; esta es una remake propiamente dicha de Mr. Deeds Goes To Town de Capra y no sólo entiende el original sino que lo mejora), Big Daddy (que es sensible pero no sensiblera), Anger Management, Eight Crazy Nights y 50 First Dates -también Punch-Drunk Love, que es la perfección pero no es DE Sandler sino de P.T. Anderson-, y podemos verlas y reverlas y olvidarnos de que Adam ya no es lo que era. Sí, obvio que es una lástima no poder volver a ver por primera vez una película Sandler, pero el alto nivel de calidad de sus otras películas hace que se puedan ver y rever sin problemas.

Happy Gilmore es maravillosa. Todos los chistes y gags son excelentes, es anarquía pura, es terriblemente infantil e inmadura, los personajes son todos hermosos salvo los villanos que son todo lo contrario pero también son muy graciosos -Chris McDonald con sus chistes malos, Ben Stiller con su bigote imposible y su hijaputez caricaturesca-, no se detiene para decir nada sobre el mundo -aunque le sale decirlo, pero de manera completamente implícita-, es puramente cinematográfica y todo se resuelve mediante la imagen.

Click es el opuesto absoluto a Happy Gilmore. El humor es malo (en todo sentido), en lugar de anarquía tenemos una película que se aferra religiosamente al dios Guión, en lugar de infantilismo e inmadurez tenemos lo peor de la adultez, con todos sus compromisos y responsabilidades, el personaje de Sandler parece un típico villano Sandler pero sin gracia (aunque se haga el gracioso), está llena de aprendizajes y lecciones de vida con ideas horribles sobre el mundo y todo está dicho y resuelto mediante diálogos (el personaje de Sandler, cual Tinelli en las cámaras ocultas, describe todo el tiempo lo que estamos viendo, como si fuésemos estúpidos y no nos diéramos cuenta), sin confiar ni un poquito en el poder de las imágenes. Así que nos quedan sus otras películas y la leve esperanza de que Adam recapacite y se dé cuenta de que lo que hizo fue pasarse al lado oscuro.